lunes, 17 de septiembre de 2007

Cuéntame

Mientras media España se dedica a comentar la transexualidad de Amor, el pedo monumental que se agarró Rebeca y que Paula la gallega esta hecha de más piezas de plástico que un Mr. Potato; la otra media respira aliviada por que a Fernando Alonso (en mi casa conocido como “el cejatablones”) no le han quitado puntos del campeonato de pilotos.

Yo, mientras, cada día me traslado a mi infierno particular que no es más ni menos que un espacio temporal donde “Cuéntame” se repite cada día en un bucle infernal. Tanto es así que estoy pensando en cambiarme el nombre por “Cago en la leche, Merche”, señora de Alcantara.

Y aunque en la serie estén cercanos ya al fallecimiento de franco y se dispongan ha abordar como sucedió la transición (quizá lo hayan hecho ya, no tengo ni idea por que no sigo la serie), yo vivo constantemente en una época más oscura, dónde el caudillo (en este caso el jefe) era comparable a Dios, sindicarse estaba prohibido y la gente se escondía por miedo, agachaban la cabeza y se dejaban hacer por que “un trabajo es un trabajo y más vale tenerlo a cualquier precio”

Yo, como muchos de vosotros, creía que esto era totalmente imposible; que habíamos avanzado y la ley del miedo ya no funcionaba con el obrero. Si, quizás pequé de optimista. Y más aún, cuando pensé que, en vista de que se han producido media docena de despidos en el tiempo record de quince días, la gente entendería que más vale tener un comité de empresa que invertir parte de nuestros míseros sueldos en vaselina.

No obstante, y en vista que, el populacho está inquieto por el número de “abducciones” crecientes (un día los ves, al siguiente no y nadie sabe nada del que se sentaba en esa silla misteriosamente vacía), a primera hora de la mañana, hoy lunes y con las defensas bajas por el fin de semana, hemos tenido obligatoriamente una reunión con los responsables para afianzarnos más a la “secta”. Evidentemente tanto discurso tranquilizador no ha estado desprovisto de un gran mensaje subliminal, que ni más ni menos venía a decirnos que el que quiera sobrevivir (o malvivir según se mire) tiene que ser como los tres monos sabios japoneses: ni oír, ni ver, ni hablar.

Y yo, que soy más de cultura musical que de la Gran Enciclopedia Catalana con las que tantos trabajos hice cuando estudiaba, hago mío el estribillo de una canción de los “Mojinos Escozios” y canturreo por los pasillos: “Queremos pan, queremos vino, queremos al jefe “colgao” de un pino”.

Por que como dice el refrán “cuando el español canta o está jodido o poco le falta” y yo últimamente me da que canto demasiado.

1 comentario:

Luma dijo...

Veo que perteneces como yo, a ese selecto grupo de personas que solemos saber de que van ciertas cosas que nunca hemos visto...

Y tu diras...¿Que carajo me comenta este ser...?

Pues te comento...sabes por donde va la serie de "Cuentame", pero no la sigues...te parecerá mentira, la de gente que piensa que si sabes de algo, es por que lo sigues y comulgas con ello...la típica frase, de "Pues para no verlo estas muy enterado" esta a la orden del dia...pero tranquila, yo tampoco sigo la serie, y se exactamente lo mismo que tu....asi que te creo...jejejejejeje

Mierda, cada dia estoy peor...he dejado a un lado el concepto principal de tu texto....

Y es que si, la teoria del miedo, como tantas otras cosas....seguira estando ahi, a la entera disposición de quien no tenga cojones para vivir la sociedad de otra forma...

Nos tocará sufrirlo me temo, aunque la verdad....la verdad es que estamos dentro para poder destruirlo sin ser vistos...jejejejeje

Un besazo, un honor haber intercambiado palabras el otro dia por telefono...

A sus pies...