El año del Avestruz

Una vez dadas por concluidas de manera oficial las navidades, empezamos un año nuevo. El 2009 o el año del avestruz.

En los pocos días que llevamos, se me antoja que somos aún más cobardes y falsos que el anterior y hacemos de nuestras insignificantes vidas una colección de falsedades dónde meter la cabeza y obviar los problemas.

La cuestión es que hemos estrenado año con dos temas que ocupan las páginas principales de todos los periódicos: la crisis y las rebajas escritas en clave de crisis. No digo que la crisis no sea un tema importante, sólo que, como siempre en este país, se ha pasado de la desaceleración económica un día, al borde del Apocalipsis el siguiente. No puedes encender la televisión ni leer un periódico sin que la cuarta palabra de cada cinco escrita/nombrada sea “crisis”. Pero del conflicto de la franja de Gaza y de la retirada de la poca ayuda humanitaria que existía hasta el momento nadie dice nada. Que poco valen las vidas humanas cuando están a miles de kilómetros o cuando no hablan castellano. Aunque esta vez, y vergüenza me da decirlo, estamos al nivel europeo, dónde también se hacen los locos y no se quieren mojar. Hacemos la vista gorda amparándonos en nuestras propias dificultadas que poco tienen que ver con nuestra supervivencia sino con la comodidad de nuestra existencia. Miramos hacia otro lado cuando poco más allá, muestra de nuestra poca inteligencia como raza, un pueblo aniquila a otro por un trozo de tierra.

Hemos pasado las navidades, comiendo gambas, cordero, turrones y demás evitando hablar de un tema, complicado, triste y que ha estado ahí (y lamentablemente seguirá estando por que nadie quiere hacer nada por solucionarlo) desde antes de lo que yo pueda recordar. Y es que al contrario de cómo debería ser, nuestra capacidad de razonamiento y análisis del mundo que nos rodea no aumenta con los años, en cambio nuestros respectivos ombligos crecen con tal magnitud que nos quedamos embobados mirando como si de un agujero negro se tratase