jueves, 26 de noviembre de 2009

In the Ghetto.... perdón, en el metro

Desde que conocí al “Capitán Limpieza”, un ser que ataviado con un mono de trabajo verde, un cubo y una fregona recorría los vagones del metro de Barcelona gritando a todo el que quisiera escucharle que pretendía acabar con la porquería que reinaba en nuestra sociedad, desde chorizos de poca monta hasta los de traje, corbata y coche caro (por cierto si alguien lo localiza ... tiene mucho trabajo acumulado últimamente hacérselo saber), he visto por los túneles subterráneos llenos de mugre a los que denominan transporte público, gente de todo tipo, desde el yonki que le daba las gracias a la puerta por abrirse cuando él se puso delante hasta los típicos a los que les das tu las gracias por llevar paraguas y no sables por que después de cruzarte con ellos como mínimo te tendrían que haber extirpado el bazo.

Volvía a casa, de pie como casi siempre, por no participar en combate de lucha libre por un asiento, mientras escuchaba música. En el vagón, gente de todo tipo a la que no le prestaba demasiada atención, todo aparentemente tranquilo. De repente la masa de gente que viajaba conmigo se agita en sus asientos sin querer abandonarlos del todo por el momento. Nos acercamos a Sagrera. Una pareja de ancianos se acerca a la puerta y se coloca a la misma altura que un inmigrante con un carrito y un bebé dentro.

“Los Españoles primero” le ha faltado gritar a la vieja que queriendo emular a Eva Nasarre ha intentado salir del vagón saltando por encima del bebé. Ni que decir tiene que no se ha dejado los dientes postizos en el suelo por que el padre de la criatura (que dormía placidamente y no se ha enterado de nada) ha conseguido sostener a la señora antes de que aplastara el carrito. Sinceramente yo soy él y con apartarlo para que no caiga encima de mi hija tengo más que suficiente y que se pegue la caída padre contra el suelo por ansiosa. Hasta aquí todo una anécdota sin importancia pero no.... es que el chico era marroquí y el abuelo poseído por el espíritu de algún galán de su época y con el corazón aún compungido por el susto de perder prematuramente a su esposa no ha podido evitar cantarle las cuarenta al “moro” de marras. Tal era el volumen del abuelo que ha conseguido entremezclarse entre Amorphis a toda castaña que llevaba en el mp3. A este lo fichamos para la próxima edición de Casal Rock.

Siento decir en mi contra, que he intervenido por un sentimiento egoísta, ya que tenía que hacer trasbordo y con la que se había formado era imposible salir por ninguna de las puertas. Medio minuto más y versionan “todos contra el fuego” en “todos contra el moro” con estribillo “a la niña de los cascos la vamos a zurrar”. Que mal se toma la gente que le digas que no tienen razón y que no se discute obstaculizando el paso al resto de los seres humanos. Claro, que, lo que más les fastidia es que les dejes con la palabra en la boca; y es que con esta gente no hace falta ni discutir.

1 comentario:

Luma dijo...

El comentario racista en el transporte público saliendo de la boca de algun viejo/a, es ya todo un género...

Un género tan detestable que ha conseguido meterme en mas de un follon...odio el racismo y en consecuencia actuo...

Una vez en el bus, dos chicas negras hablaban tranquilamente de sus cosas en algun idioma africano que no soy capaz de situar...

Una vieja molesta por las voces inintiligibles solto esta perla "¿Que estamos en la selva?...por que hay muchos monos por aqui".

Yo la miré y le dije..."Yo estaba pensando que estabamos en el cementerio por que a usted le huele la boca a muerto"....si lo se, soy un maleducado, solo me pasa cuando veo una injusticia :D

El marido poseido por el mismo galan que el que tu cuentas, empezo a insultarme, y yo le dije..."Y tu mejor te callas que ya tienes bastante con aguantar a la bocanicho de tu mujer" el tio dejó de hablar, cosa que a la mujer no le parecio bien...su obligación era defenderla...así que discutiendo entre ellos los dejé, cuando me bajé en mi parada....y es que España es asin!!!!